Hace muchos ayeres pasaba mucho tiempo desvelándome, lo hacía en busca de cierta intimidad, para pensar un rato, cosas espirituales, orar unos momentos fuera del bullicio de un día normal, en una casa con 4 personas en ella.
Me levantaba de noche, cuando todos dormían, y me sentaba en el sillón, extendía mis pies y volteaba mi cabeza hacia arriba, como viendo el techo pero con los ojos cerrados, y pensaba… en aquellos días solo había un pensamiento profundo en mi corazón, había alguien que era dueña de esos momentos de desvelo y deje que ocupara ese lugar porque creí que era el correcto.
Hasta que llego un día en el que aquella persona simplemente dejó todo ello y mudo su pensamiento hacia otra persona, dejándome a solas conmigo mismo, fue entonces cuando me di cuenta que le había dado un lugar privilegiado que no debería tener. Así paso y mucho tiempo deje aquel habito, malo por un lado pero bueno por el otro, a un lado.
Un día entendí a quien le pertenecía aquel lugar y el error que había cometido, porque sentí ese vacío cuando aquella persona me dejo. Así que una vez restaurado ese lugar y con la persona correcta en el, seguí adelante, no fue fácil pero al final creo que lo logré.
Después de otro tiempo más y varios momentos tanto complicados como fáciles de pasar llego una persona o mejor dicho, yo llegue a ella, y así es como aquella persona entro en mi corazón y encontró su lugar en el, pero esta vez no el equivocado, definitivamente no, porque aquel lugar esta ahora con quien debe estar… ella ocupo su lugar, y aun lo tiene, ese lugar de amor real y verdadero, aquel que persiste y persistirá con ella siempre.
Existe algo a lo que llamamos libre albedrio, la capacidad de cada ser humano de decidir, así que mientras podemos decidir quien ocupa que lugar en nuestro corazón también podemos decidir irnos de otro corazón… Generalmente el amor se trata de dos personas o más, un padre que ama a sus hijos, un activista social que ama a su comunidad, un niño que ama a sus mascotas, un hombre que decidió amar a una mujer… Simplemente estará ahí, su lugar esta ahí, nadie se lo quitará porque yo se lo di, yo decidí dárselo, y lo merezca o no, es suyo, suyo y de nadie más, y la única persona que puede hacer que ya no lo tenga es ella misma, renunciando a el, pero mientras ella así lo quiera, estará ahí, sabrá que alguien la ama y se preocupa por ella, y que espera que este bien y su corazón también lo este.
Y es verdad que a veces uno quisiera escuchar la voz, ver el rostro, tocar las manos, oler el aroma, pero siente el corazón, que habla palabras desde el alma directamente hacia ti.
Y ahora he vuelto a estos tiempos de desvelo, al menos hoy, aquel lugar equivocado ahora esta con quien debió estar desde el principio y aquella persona que llego tiene el suyo también.