Los torus son protuberancias nodulares de hueso maduro; su nombre preciso depende de su localización anatómica, no son neoplásicos y rara vez causan malestar. La superficie mucosa puede en ocasiones estar ulcerada por traumatismos y provocar una herida dolorosa de cicatrización lenta. Aun no se conoce con presión la causa, aunque la evidencia presentada sugiere que el torus puede ser hereditario.

El torus palatino tiene prevalencia relativa en ciertas poblaciones como asiáticos, nativos americanos y esquimales. La incidencia en la población general de USA es del 20 al 25%.

Es una masa ósea nodular y sésil que surge a lo largo de la línea media del paladar duro. La masa ósea experimenta un crecimiento lento y por lo general es asintomática. Estas anormalidades son casi simétricas a lo largo de la línea media del paladar duro. Se ha observado que el torus adopta varias formas: nodular, fusiforme, lobular y plana.

El torus mandibular, se observa mayormente en la cara lingual de la mandíbula por encima de la línea milohidea. Son habitualmente bilaterales y se presentan en la región premolar. Es asintomático y de crecimiento lento.

Ambos se pueden observar en una radiografía oclusal como una imagen radiopaca difusa.

Histopatológicamente se describen como una masa nodular exofística del hueso cortical denso y un centro de hueso esponjoso en el cual se pueden observar zonas calcificadas formando bandas delgadas y separadas por espacios ocupados de médula ósea. Se compone de hueso hiperplásico, constituido a su vez por hueso cortical y trabecular maduro. La superficie externa muestra un contorno liso y redondeado.

Radiográficamente los torus palatinos, pueden demostrarse en una radiografía oclusal, en dicha película se observa una opacidad de forma oval situada en la línea media. Los torus mandibulares, a diferencia del torus palatino, pueden observarse tanto en una radiografía periapical como en placas oclusales. Se presentan como áreas bien circunscritas de alta radiopacidad en las raíces de los dientes.

Para realizar un diagnóstico veraz y certero debemos valernos del examen clínico, realizando la palpación y evaluación de la mucosa, pruebas de vitalidad a los dientes involucrados, exámenes radiográficos y estudios histopatológicos.

Las exostósis y torus carecen de significado patológico y rara vez adquieren importancia clínica. El tratamiento de elección es la exeresis siempre y cuando la lesión se encuentre dentro de las indicaciones siguientes:

1. Requerimientos Protésicos: cuando interfieran en la inserción de una prótesis dental o se vea comprometida la estabilidad de la misma.

2. Traumatismos de la mucosa: si su tamaño llega a alcanzar un tamaño grande, puede provocar la inflamación, ulceración y traumatismo constante de la mucosa de revestimiento del torus.

3. Cuando se ve comprometida la higiene del paciente: cuando los torus alcanzan formas lobuladas, sobre todo los torus mandibulares, pueden producir zonas de acúmulos de alimentos y producir halitosis en el paciente.

4. Cuando este comprometida la estética del paciente.

Fuentes consultadas

Moret, Y., García, M., Troconis, JE. (2003). Manual de Anatomía Patológica. Universidad central de Venezuela.

Rodríguez, L., Santos, M., Medina, A. (1999). TORUS Y EXOSTÒSIS ÓSEAS. REVISIÓN DE LA LITERATURA. Acta Odontológica. Volumen 37 N°2

Fuente original del articulo: http://www.odontoespacio.com/noticias_detalles.php?cod=368

Interesante, interesante…


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