Era una noche como cualquiera en la casa, los niños jugaban, mamá ordenaba cosas y papá estaba sentado en su silla mirando una fotografía en un marco de vidrio con un clavo de soporte en la parte de abajo, curioso sistema para sostener un marco.
Los niños corrían en la casa y un se detuvo al ver a su papá mirando aquella foto, se acerco a el y le preguntó por ella, el padre volteo a ver a su hijo y comenzó a contarle la historia, –Esta hijo, es una foto de tu mamá y yo hace muchos años, éramos jóvenes, quiero decir, éramos mas jóvenes que ahora, sonrió, – fue en un viaje que hicimos hace mucho tiempo, un tiempo después ella me la regalo y tuvimos que separarnos, éramos solo amigos pero de todas formas fue difícil, así que ella se quedo y yo tuve que regresar, y así es como tome esta foto y la puse sobre la repisa en la pared de mi cuarto, junto a el escritorio, arriba del lado izquierdo de donde estaba la computadora, así cada vez que quisiera podría voltear hacia arriba y ahí estaría, tu mama, tan hermosa como siempre, deslumbrante, y como siempre atrayendo hacia ella… así en mis noches de desvelo cuando no supiera porque no puedo dormir recordaría que ella es el motivo, que si la tuviera cerca seguro dormiría, porque no querría quedarme despierto de tanto pensar en ella, porque estaría junto a mi, y tal vez escribiría una historia, así que cada vez que pensaba en ella de una manera intensa e inexplicable, tomaría esa foto y la vería sonriendo y feliz… papá giro la cabeza y la vio a través de la puerta hasta donde ella se encontraba, los años habían pasado pero seguía siendo ella ahí… regresando la mirada a su hijo termino diciendo: –y esa es la historia, ahora la tengo aquí, y es el recuerdo de un recuerdo, el niño no entendió, como la mayoría de las cosas que su papá decía y solo asintió y sonrió, y regreso a jugar con su hermana, él se levanto también y fue a darle un beso a su esposa en la mejilla, como muchas veces, y susurro en un respiro: –valió la pena.