Esta es una de esas historias que todos imaginamos en esos días cuando la lluvia cae y tu imaginación vuela (y no tienes nada que hacer y tienes una computadora conectada a internet y un blog)…
En fin, les estaba contando, era un día lluvioso en la gran ciudad, pensemos en una ciudad llena de grandes edificios, una calle, un parque, un farol y una banca, es de noche y la ciudad parece no dormir nunca, las luces y el bullicio de una ciudad así pueden desbaratar a cualquiera en cualquier instante, así que caminas, caminas por esa calle larga y ancha, edificios en ambos lados, carros que no dejan de pasar con sus luces hacia ti, y tu yendo en contra del frenesí automovilístico, simplemente caminas, después de todo no hay mucho que se pueda hacer, y así pasan los minutos, 17 mas o menos, hasta que encuentras la entrada de un parque, ¿Como llegaste ahí?, ni siquiera lo sabes, solo quieres seguir caminando, así que sigues avanzando, un paso a la vez, hasta que por fin te adentras en la suave luz de un farol unos metros adelante de la entrada del parque, y debajo del farol una banca, parece de película, piensas, e imaginas la escena de aquella película, llegas a la banca y te sientas, de repente sientes el suave calor que desprende el foco del farol a un lado de aquella banca, que, a pesar de los años, parece resistir muy bien al paso del tiempo, te reclinas, te acomodas y miras al cielo, de repente, una gota de lluvia golpea tu frente, pestañeas de la sorpresa y vuelvas la mirada hacia enfrente, una mas, y otra y otra, piensas en que solo a ti te puede pasar, resignado y sin nadie cerca, decides no moverte, después de todo, parece que solo es un poco de lluvia ligera, cuando de la nada una gota te golpea en la muñeca, y otra y otra mas y otra, genial, piensas otra vez, pero decides no moverte, quizá esto sea lo que mi vida necesita, reflexionas, un poco de lluvia, así que con una sonrisa en el rostro cerrando los ojos y con un movimiento rápido vuelves tu cabeza hacia el cielo, justo 3 segundos después dejas de sentir la lluvia en tu rostro pero el sonido sigue estando ahí, será acaso que cuando la lluvia comenzaba a ser algo bueno el cielo decidió quitártela, será que Dios tenia planeado que hoy fuera el peor de tus días y que terminara con la peor de tus noches, será que tienes poderes para controlar el agua y con tu mente la abriste arriba de ti como Moisés dividió el mar, será, será, 2 segundos y 27 “serás” después decides abrir los ojos, una sombrilla color  beige arriba de ti y una mano sujetándola, no puedes ver a aquella persona, la sombrilla no te deja ver, así que lo piensas 1 segundo y justo cuando te disponías a ver a aquel personaje misterioso, el decide verte a ti… un rayo! y un trueno suenan de repente, cierras los ojos y los vuelvas a abrir, te agarro por sorpresa, de repente, la lluvia comienza a caer de nuevo en tu cara y ya no esta aquella mano sujetando aquella sombrilla, miras a un lado y miras al otro, nada parece asomarse en aquella obscuridad… 7 segundos de confusión y revelación después, te paras, sonríes, y sigues caminando…
Mientras te alejas, el farol y aquella banca parecen verte desvanecer en la obscuridad, mientras que la sonrisa parece haberse aclarado dentro de ti.
Fin.


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