Llega el momento en la vida de todo hombre... Recordaba esa frase mientras se encontraba sentado en su cama con los codos sobre sus rodillas y las manos en sus ojos, habia regresado de un dia de trabajo normal, con muchos apuros logro llegar a tomar su transporte, pero llego, habia sido un buen día, como todos por el simple hecho de vivir, pero al llegar a la casa decidio poner a un predicador que aunque no lo conocia siempre impregnaba una nueva idea en cada mensaje que daba, y para su suerte, habia internet, asi que se puso a escucharlo, medio dormido, medio despierto. Al terminar el mensaje, medito un momento pensando en su situacion actual, no era nada espiritual, nada mistico ni por el estilo, al contrario pensaba en, como podran imaginarse en la vida de un hombre soltero, una chica. Dando una vista atras veia las imagenes en su cabeza con aquella mujer y pensaba en lo que podria o no podria ser y en como se encontraba tan cerca de ella, demasiado en poco tiempo para ser precisos, habian sido solo unos dias en los cuales habia dejado su pensamiento a un lado y, en pos de ser un buen acompañante, decidio ser algo mas, pero era demasiado cerca, entonces, ahi, sentado en la cama pensaba acerca de ello, se estaban acercando cada vez mas, quiza no precipitadamente pero a un paso lento pero seguro, como diria su abuela, pensó. El sentia una atraccion hacia ella, le llamaba la atencion, pero pensaba en todas las cosas y sobre todo en su destino, el sabia cual era su destino, quiza aun no lo veia pero sabia hacia donde se tenia que dirigir, y la pregunta que mas le rondaba por la cabeza era... ella aceptaria ese destino, acaso querria?. Ella era una chica muy independiente, capaz, dominante, solvente y con una vida casi definida, pero al mismo tiempo era dulce y cariñosa, sentimental como solo las mujeres saben y con muchos defectos, un poco gruñona a veces, risueña, tenia muchas cualidades pero tambien muchas virtudes.... no era la mas bella del mundo, pero el la queria, sabia que si decidiera estar con ella seria la unica mujer a la que miraria, no pensaria en nadie mas, solo la querria a ella, la amaria y la respetaria, la ayudaria y estaria con ella, nunca la dejaria y siempre la procuraria, la cuidaria y a pesar de sus defectos siempre la aceptaria...
El solo repasaba eso en su mente pero no sabia si de verdad era lo que tenia que suceder, no podria ofrecerle algo estable y, conociendola, eso no podria aceptarlo, era una mujer que necesitaba seguridad en las cosas, mientras que el podia caminar con los ojos cerrados. Seguia pensando y meditando, tomo un libro y lo leyo, volvio a recostarse en su cama mirando hacia el techo y pensando... estuvo asi un minuto aproximadamente, despues dejo de pensar y decidio ir a verla, despues de todo, vivia abajo de su casa... llego y sonrio al verla, en su mente claro, sonrio como cualquier perona que quiere a otra sonrie al verla y platicaron...